domingo, 1 de abril de 2012

Impotencia, rencor, sentimientos que alguna vez han invadido nuestros pensamientos y nos han nublado la vista. Sentimientos que nos han puesto una venda en los ojos, sentimientos que actúan y dicen en nuestro nombre sin pedirnos permiso alguno; nos impiden ver la luz del sol con claaridad, nos impiden ver que la vida es un regalo que solo se hace una vez y que se debe aprovechar, a veces nos hacen desconfiar hasta de las personas de las que un día dependió tu felicidad. El rencor nos hace que nos arrepintamos de cosas, cosas que un día nos hicieron sonreír y que por tanto se deben valorar. Lo único que el tiempo me ha enseñado es a olvidar y que hace del odio algo inerte. Derrochar horas de nuestra vida encerrados, dandole golpes a la pared, llorando hasta creer imposible que queden más lágrimas por llorar, es inutil, porque por cada minuto que pierdes llorando, son sesenta segundos de tu vida que nunca recuperarás

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